20 de octubre de 2009

¡Ay, la economía!

Tomado de El Espectador, octubre 20 de 2009

La economía política de la revaluación

Por: Salomón Kalmanovitz
LA POLÍTICA MONETARIA de la Reserva Federal de Estados Unidos ha sido muy expansiva. La tasa de interés a la que le presta al sistema financiero es de 0%-0,25% y ha hecho además expansión cuantitativa: adquiere títulos del gobierno y activos problemáticos de los bancos. Estas acciones contribuyen a financiar un déficit del gobierno que será de 12% del PIB en 2009.

No es sorprendente entonces que el dólar se esté devaluando frente a todas las monedas del mundo, pero lo hace de manera desigual, dependiendo de los desequilibrios macroeconómicos de cada país y de su política monetaria.


En el caso colombiano la revaluación del peso ha sido especialmente intensa porque el desequilibrio fiscal es grande y una parte del déficit se viene financiando con préstamos en dólares por US$2.800 millones, de los cuales se han monetizado US$900 millones. Pero el Gobierno no ha comprado un dólar en el mercado para servir su deuda externa, lo cual significa que no es una buena excusa afirmar que se endeuda pero que no trae los dólares al país.

En otras palabras: si no estuviera contratando nueva deuda hubiera comprado unos US$3.000 millones en el mercado interbancario local y hubiera apreciado el dólar o devaluado el peso. Ecopetrol, por su parte, ha traído US$2.500 millones y le falta otro tanto, de tal modo que los dos combinados nos explican por qué la revaluación del peso ha sido peor que la de otras economías latinoamericanas que están gastando los ahorros que hicieron en los años de vacas gordas (Chile y Perú).

El déficit del Gobierno Central tiende al 5% del PIB en 2009 y uno se pregunta por qué devuelve impuestos por casi 1,4% del PIB y por qué le regala plata a gente muy rica. Pues bien, ese déficit hay que financiarlo y el Gobierno opta por endeudamiento externo porque es más barato y la propia revaluación del peso lo favorece aún más. Hasta salió a decir el Ministro que su gran logro había sido emitir TES en dólares a 31 años, con lo cual la tasa de cambio se apreció ese día otros 30 pesos.

Lo más extraño es que el Gobierno no coordina con el Banco de la República fórmulas contundentes. La primera es bajar la tasa de interés de referencia para que su monto real sea 0, o sea de 4 a 3%. La segunda es comprar TES para abaratar su tasa (hoy está en 8,6% anual) y convencer al Gobierno de que no se endeude en el exterior. La tercera es comprar dólares en montos importantes. Este año el Emisor está muy bajo en su acervo de TES y no ha comprado dólares.

La economía política de la revaluación se explica entonces por varios hechos: en vez de hacer una reforma tributaria que equilibrara las cuentas del Gobierno se hizo una contrarreforma que redujo, junto con la recesión, los ingresos fiscales; en vez de ahorrar durante el auge, se desperdició la plata en malas inversiones, como obras públicas sin ton ni son y Agro, Regalo Seguro; y al beneficiar a unos cuantos ricos al Gobierno le tocó endeudarse, prefiriendo hacerlo en el exterior, para no caer en reducciones brutales del gasto público.

¿Quiénes pagan por esta política? Los exportadores, los receptores de remesas y los productores que compiten contra las importaciones. Pierden además sectores como la universidad pública y muchos municipios que carecen de suficiente seguridad porque para estos menesteres sí que no hay platica. En fin, pierden todos los colombianos porque se recrudece la recesión.

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