2 de julio de 2008

Vaginoplastias y otras vainas

Por Koestler

La vaginoplastia es una operación quirúrgica que se usa para.... sí para eso: recuperar el himen perdido luego de una penetración sexual o para estrechar la vagina que ha sufrido dilataciones por los partos. Algunos padres de familia o chicas de "buena familia" promueven estas operaciones para que las "niñas" lleguen vírgenes al altar.

O algunos maridos, para que sus acompañantes recuperen la estrechez propia de
una juventud ya perdida. Eso, en unos casos, significa garantizar que se entrega una mercancía en condiciones de no ser rechazada por su "comprador" o amante que aspira a gozar las mieles de la primicia. En palabras francas, se trata de un paquete chileno, pues no le dan lo prometido.

La verdad es que por más vaginoplastias que se haga, por muchos hímenes que se le reconstruyan, la virginidad no se recupera, pues ya se perdió en un hecho que no tiene reversa posible. Y algo similar sucede con la
vaginoplastia electoral que propone el Presidente Uribe, para darle a un acto de corrupción, como la compra de los votos de Yidis Molina y Teodolindo Avendaño, la pureza que debió tener una reforma constitucional tan trascendente para el país.

El referendo le servirá a nuestro amado Presidente para que se sienta "a gusto" pero no le borrará la mácula de la corrupción.
Pues la vaginoplastia no devuelve la pureza que la concupiscencia se robó...

Ilustraciones:
http://www.noticias24.com/salud/

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