El gobierno nacional se muestra muy preocupado por la inflación que empezó a desatarse. En primer lugar aplicaron ya una vez la famosa receta del FMI y del Banco Mundial a los países pobres: subir las tasas de intereses. Buena receta para nosotros, mientras los países poderosos aplicaron la contraria: bajaron las tasas de intereses, para reactivar la economía.
Es justo reconocer que el gobierno se encuentra seriamente en la tarea de hallar las causas de la inflación. Y al parecer los estudios fueron muy profundos pues encontraron el verdadero quid del problema. Blanco es, frito se come y la gallina lo pone. ¿Qué es? Pues tontos: es el alza de los alimentos que producen los campesinos.
La solución, que en tanta pensadera pone cada día más calvo al ministro de hacienda Oscar Iván Zuluaga, es sencilla, bien sencilla; pues ¡congelar los precios de los productos agropecuarios!
A nuestro ministro se le olvidaron algunos pequeños detalles. En el 2007 los insumos para la actividad agropecuaria aumentaron sus precios en algo más de un 25%. Pero este año, en enero, el aumento, por ejemplo de abonos químicos llegaron hasta un 80%, y el gobierno no dijo nada.
Si hay inflación perdemos todos dijo el ministro, pero no controlan
intereses, servicios públicos como luz y acueductos; no controlan el precio de la gasolina, impuestos predial, de industria y comercio, etc.
Definitivamente a los productores agropecuarios les toca poner el huevo.
Gracias por sus buenos deseos señor ministro.
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