Tomado de Vanguardia Liberal
Ya finalizaron las elecciones locales en todo el país. En Santander, triunfó el Dr. Horacio Serpa, pese a la prolongada y feroz campaña de Didier Tavera, apoyada por el gobernador Hugo Aguilar. El gran perdedor es el grupo político de Convergencia Ciudadana, liderada por el ex senador Luis Alberto Gil, quien hizo manguala junto con el gobernador, y algunos dirigentes conservadores como el Senador Alirio Villamizar.
En Lebrija, venció Sonia Serrano sobre el grupo de Convergencia Ciudadana, que usufructuaba la Alcaldía. Aún no contamos con datos finales, pero fue una derrota en toda la línea. La alianza de una amplia coalición contra el grupo de la administración significa el fin de un intento de proyecto renovador que se inició hace diez años, el cual muy pronto, como consecuencia de las trapacerías politiqueras, se desdibujó y perdió las metas participativas y de transparencia. Para completar, en Lebrija la votación para gobernador por el Dr. Serpa, fue apabullante.
Paradójicamente, lo que podría tomarse como una expresión política local, forma parte de una manifestación nacional de inconformidad contra el Presidente Uribe, quien cazó camorras y atacó en forma aleve y mentirosa, en una descarada participación en política, a los candidatos que consideraba opuestos a sus querencias. Le salió el tiro por la culata. Él que se jacta de estar cargado de tigre y de enfrentar los ataques, más bien parecía cargado de perro, de esos callejeros y abusivos, de una fastidiosa raza: la uriwailer.
Ya es hora de que el "caudillo" piense en cambiar de asesores y en revisar sus prácticas de ética política y estudiar los principios constitucionales del 91, para que cumpla lealmente con la Constitución que juró aplicar y defender.
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